Cuida tu piel de los rayos ultravioleta con estos consejos

El cáncer de piel es una de las afecciones más comunes entre la población mundial; dicha afección es generada principalmente por la formación de células cancerígenas en los tejidos dérmicos, reconociendo entre sus principales factores de riesgo el color de la piel y la sobreexposición prolongada a la luz solar sin el uso adecuado de medidas de protección.

¿Qué tipos de enfermedades produce la sobreexposición a los rayos ultravioleta?

Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, existen tres tipos de afecciones dérmicas asociadas a este padecimiento:

Cáncer de células basales

Representa una elevada amenaza en contra del bienestar del paciente, ya que tiene la propiedad de propagarse hacia el interior del cuerpo y de no ser tratado a tiempo, invade progresivamente los tejidos subcutáneos aledaños.

Cáncer de células escamosas

Al igual que el anterior, este tipo de cáncer se presenta comúnmente en las regiones del cuerpo de mayor exposición a la luz solar. Puede ocasionar deformidad en los tejidos y en casos más graves, la pérdida de funcionalidad de las regiones corporales invadidas.

Melanomas

Se originan en los melanocitos, células encargadas de generar el pigmento marrón de la piel; suelen presentarse habitualmente en el torso y las piernas. Para garantizar la efectividad en los tratamientos, es necesario intervenir la afección durante sus fases iniciales.

Consejos para evitar el daño por rayos ultravioleta

Dada la complejidad de los tratamientos y en vista de la necesidad de fomentar hábitos de autocuidado personal orientados a contrarrestar la propagación del cáncer de piel, compartimos esta serie de recomendaciones sugeridas por la Academia Americana de Dermatología:

  • Recuerda usar protector solar de amplio espectro que proporcione protección contra los rayos Ultravioleta A y B y que sea resistente al agua. Preferiblemente con un factor de protección superior a 30.
  • Si las circunstancias lo permiten, se recomienda usar ropa protectora que cubra la mayor cantidad de regiones corporales de la luz solar.
  • Siempre que sea posible, mantente a la sombra. Recuerda que entre las 10:00 a.m. y las 2:00 p.m. la concentración de rayos ultravioleta se intensifica, generando efectos adversos sobre tu piel.
  • Procura extremar las medidas de protección cuando te encuentres cerca del agua o la nieve, ambas superficies tienden a reflejar la luz del sol sobre la piel aumentando la probabilidad de generar un mayor deterioro en los tejidos.
  • Asegúrate de obtener la vitamina D que necesita tu cuerpo, de manera segura. Conserva una dieta balanceada rica en cereales fortificados y aceite de hígado de bacalao, y recuerda exponerte de manera controlada al sol para suplementar tu dieta.
  • Evita sobrepasar los intervalos de tiempo recomendados para el uso seguro de las cámaras de bronceado. Los periodos de exposición prolongados pueden deteriorar seriamente los tejidos cutáneos.

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